El lifting facial es sin duda el “tratamiento estrella” en el rejuvenecimiento facial, por sus espectaculares resultados: corrige tanto el exceso de piel como el descolgamiento de los tejidos de la zona malar y del óvalo facial, dejando cicatrices no visibles y con un postoperatorio corto y muy llevadero. Nuestro objetivo incorporando el tratamiento con hilos faciales es hacerlo menos invasivo, con una rápida incorporación laboral y poderlo así indicarlo a edades más tempranas
El láser facial, completado con infiltraciones de Ácido Hialurónico y vitaminas a través del procedimiento llamado mesoplastia, también ofrece grandes resultados en el rejuvenecimiento de la piel de la cara, cuello, escote y manos. No podemos considerarlo ni siquiera un tratamiento quirúrgico y con su incorporación a edades precoces (30-35) casi podemos hablar más de que frena el envejecimiento.
Si muchas veces hemos hablado de la importancia del esqueleto facial como el determinante de la belleza de una cara, os presento hoy un estudio que remarca su importancia incluso en el rejuvenecimiento. Es un estudio que apoya nuestra filosofía de rejuvenecimiento facial donde no sólo tratamos partes blandas sino que corregimos o mejoramos el esqueleto facial consiguiendo resultandos mejores y más perdurables en el tiempo.
Sin embargo, desde hace un tiempo se investiga si para lograr un resultado aún más perfecto será necesario algo más… Me refiero a la hipótesis de que los cambios significativos que se producen en los huesos de la cara con el paso del tiempo (especialmente en el hueso de la mandíbula) pueden contribuir a una apariencia de envejecimiento.
A finales del pasado año se publicó ese interesante estudio, que he querido recuperar y analizar. Podéis leer las principales conclusiones en este post.
El estudio, presentado en la reunión anual de la Asociación Americana de Cirujanos Plásticos en San Antonio (marzo 2010), sugería que el enfoque de futuro para el rejuvenecimiento facial puede ser de dos etapas: la primera restaura la estructura de la cara y la segunda realiza procedimientos de endurecimiento de la piel.
Los responsables del estudio comprobaron, analizando rostros de personas de diferentes rangos de edad, que la longitud de la mandíbula se reduce significativamente con el paso del tiempo (este rasgo se aprecia mucho comparando a personas de unos 20 años y a personas de mediana edad –alrededor de 45 años-). Igualmente, la altura de la mandíbula también se ve disminuida si se comparan rostros de personas de mediana edad con personas que ya superan los 65.
Según el estudio, dirigido por Howard N. Langstein, profesor y jefe de Cirugía Plástica y Reconstructiva en la Universidad de Rochester Medical Center, la pérdida de volumen óseo puede contribuir a la flacidez facial, la disminución de la proyección del mentón y la pérdida de definición de la línea de la mandíbula. Es decir: los tejidos blandos de la parte inferior de la cara tienen menos “apoyo”, y nuestros rostros se ven cada vez más redondeados en su parte inferior. Y, por tanto, la piel se vuelve más flácida en esa zona. Todo eso, por otra parte, da también un aspecto más envejecido al cuello.
En este sentido, a menudo el quid de la cuestión no se encuentra solamente en la piel. Sostener los tejidos blandos, para prevenir esa falta de “apoyo” debida a la pérdida de hueso puede ser la clave para tener un rostro bello y joven. Procedimientos como la utilización de prótesis malares, por ejemplo, cobran más importancia aún si tenemos en cuenta estos estudios y avances en el conocimiento del rostro. De hecho, si nos fijamos en aquellos rostros que consideramos bellos, veremos que la mayoría tienen algo en común: los pómulos están marcados, y pueden llegar a “disimular” por ejemplo una nariz aguileña, o resaltar una mirada poco expresiva.
Por tanto, y al margen de los buenos resultados que ofrecen las intervenciones basadas en el tratamiento directo de la piel flácida o de las arrugas, una completa planificación facial (hoy día las herramientas de las que disponemos nos permiten ofrecer al paciente una muy apurada previsión de cuáles serán los resultados antes de someterse a cualquier intervención) es fundamental. La búsqueda de un rostro atractivo y rejuvenecido, en ciertos casos, y a partir de ciertas edades, puede requerir de alguna intervención que vaya más allá de la piel.
Yo tengo unas arrugas pronunciadas desde el vértice nasal hasta las comisuras labiales. Me gustaría disimularlas. Haber que me podeis decir. Un saludo
Apreciado Manuel,
Dispones de dos maneras para disimular este tipo de arrugas: con relleno que puede ser de grasa propio o con materiales vitaminicos. Sino existe tambien los hilos tensores que se realiza con anestesia local y unos muy buenos resultados.
Un saludo,
Dr. Arcas