Mi enfoque sobre la Cirugía Maxilofacial y la implantología

¿Debemos buscar siempre la simetría y la proporción?

Siempre se ha dicho que la belleza está en los ojos de quien mira, pero también es cierto que existen una serie de cánones universalmente aceptados como bellos y la simetría de los rasgos es uno de ellos. Ya Leonardo da Vinci, con su famoso ‘hombre de Vitruvio’ habló de las medidas consideradas ideales en términos de belleza, con unas proporciones que reflejaban rasgos totalmente simétricos. Lo cierto es que las personas que más se acercan a este equilibrio suelen ser consideradas como bellezas universales.
El interés por encontrar los cánones e ideales de belleza ha motivado diversas investigaciones desde los años 70, cuando el cirujano maxilofacial Stephen Marquardt creó una máscara de belleza tras haber recopilado las medidas de los rostros de personajes famosos considerados bellos. Utilizando las matemáticas y basándose en la divina proporción o número áureo Marquardt estableció un arquetipo de belleza que resultó ser muy útil para las operaciones de cirugía estética, ya que basta colocar la máscara del ‘rostro perfecto’ sobre cualquier otro rostro para descubrir al momento los rasgos desproporcionados.
Uno de los estudios más recientes en el campo de la simetría facial fue llevado a cabo por Anthony Little, el investigador de la Universidad de Stirling (Escocia), con el que se llegó a comprobar que las facciones de las mujeres simétricas son más femeninas y que lo mismo sucede con los hombres simétricos, de rasgos más varoniles
Sin embargo, todos los intentos de racionalizar y sistematizar la belleza son en realidad un fracaso absoluto. En realidad, en nuestro día a día nos encontramos habitualmente con diferentes valoraciones ante una persona sobre su belleza. Caras que alguien encuentra hermosas otros las valoran como normales o incluso con falta de atractivo. Si bien es verdad que hay rostros que generalmente consideramos hermosos en gran mayoría, llegaríamos siempre a encontrar a personas que detectaran en ellos falta de atractivo, o rasgos infantiles, etc
Otro fracaso, al que nos enfrentamos los cirujanos maxilofaciales a la hora de planificar tratamientos hace unos 15-20 años fue el de basarnos en la Cefalometria (análisis de proporciones y medias en un perfil óseo) para diseñar tratamientos….La sorpresa era obtener rostros perfectos cefalomátricamente pero que no tenían belleza ni atractivo.
Mi planteamiento actual, y creo que parte de nuestro éxito, es personalizar cada cara apoyándonos con las últimas herramientas de planificación en 3D. Si bien siempre buscamos la simetría entre ambas partes de la cara, en determinados casos podemos afirmar que una ligera desproporción puede proporcionar a una rostro más belleza , personalidad y atractivo. La clave es utilizar los métodos de planificación que nos permiten ver los resultados, dialogar y escuchar a lo pacientes, y conseguir personalizar cada rostro dotándole de una belleza propia.
Por supuesto, porqué no decirlo, el secreto es escoger un buen cirujano con la experiencia y la sensibilidad para guiar al paciente a conseguir los resultados que soñaba.

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